
Valeria Mesalina fue hija del cónsul Marco Valerio Mesala Barbado y de Domicia Lépida Menor. Tuvo un hermano llamado Marco Valerio Mesala Corvino, quien fue cónsul, y un hermanastro materno llamado Fausto Cornelio Sulla Felix.
Mesalina llegó a ser la tercera esposa del emperador Claudio, a quien le dio un hijo y una hija: Británico y Claudia Octavia.
Fue célebre por su belleza y sus constantes infidelidades a su esposo el emperador con miembros de la nobleza romana, así como con soldados, actores, gladiadores y otros como el orador Marco Vinicio esposo de Julia Livia.
Mesalina tuvo gran influencia política en las decisiones que tomó su marido durante gran parte de su periodo como emperador; en este sentido, podemos compararla con otro personaje de la historia Romana, Livia.
Mesalina llegó a ser la tercera esposa del emperador Claudio, a quien le dio un hijo y una hija: Británico y Claudia Octavia.
Fue célebre por su belleza y sus constantes infidelidades a su esposo el emperador con miembros de la nobleza romana, así como con soldados, actores, gladiadores y otros como el orador Marco Vinicio esposo de Julia Livia.
Mesalina tuvo gran influencia política en las decisiones que tomó su marido durante gran parte de su periodo como emperador; en este sentido, podemos compararla con otro personaje de la historia Romana, Livia.
Anécdotas de su vida
Mesalina dio rienda suelta a su ninfomanía. Según narra el poeta Juvenal, llegó a prostituirse en el barrio de Subura bajo el apodo de Lycisca.
Orgullosa de su legendaria lascivia, lanzó un reto al gremio de las prostitutas de Roma: las instó a participar en una competición, que ella organizaría en palacio, aprovechando la ausencia de Claudio quien estaba en Britania. Dicho desafío consistió en saber quién podía atender a más hombres en un día. Las prostitutas aceptaron el reto y enviaron una representante, la prostituta más famosa de Roma, una siciliana llamada Escila.
El evento dio inicio por la noche, y a él asistirían muchos hombres importantes de la corte, además de otras damas a las cuales Mesalina había convencido de participar.
Escila se rindió después de haber sido poseída por 25 hombres; Mesalina salió victoriosa, pues superó la cifra al llegar al amanecer y seguir compitiendo. Según se dice, aun después de haber atendido a 70 hombres no se sentía satisfecha, llegando hasta la cifra increíble de 200 hombres. Cuando Mesalina pidió a Escila que regresara, esta se retiró diciendo: «Esta infeliz tiene las entrañas de acero».
Orgullosa de su legendaria lascivia, lanzó un reto al gremio de las prostitutas de Roma: las instó a participar en una competición, que ella organizaría en palacio, aprovechando la ausencia de Claudio quien estaba en Britania. Dicho desafío consistió en saber quién podía atender a más hombres en un día. Las prostitutas aceptaron el reto y enviaron una representante, la prostituta más famosa de Roma, una siciliana llamada Escila.
El evento dio inicio por la noche, y a él asistirían muchos hombres importantes de la corte, además de otras damas a las cuales Mesalina había convencido de participar.
Escila se rindió después de haber sido poseída por 25 hombres; Mesalina salió victoriosa, pues superó la cifra al llegar al amanecer y seguir compitiendo. Según se dice, aun después de haber atendido a 70 hombres no se sentía satisfecha, llegando hasta la cifra increíble de 200 hombres. Cuando Mesalina pidió a Escila que regresara, esta se retiró diciendo: «Esta infeliz tiene las entrañas de acero».
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